Un bonito sueño… hecho realidad

22 mayo, 2014

Estaba yo pensando en el sueño que tuve anoche. Había regresado de mi viaje a Irán y venía cansado, así es que me acosté pronto. De repente, y en mitad de mi reparador sueño, empecé a pensar en que era el dueño de una farmacia de gominolas y dulces en la que había remedio para todos los males de este mundo.

Unos besos de fresa para el desamor, unos caramelos con sonrisas para las guerras, unas nubes tiernas y jugosas para la sequía, unos bombones para la soledad, unos discos de regaliz para escuchar las grabaciones de tu corazón, una tarta de gominolas para las reuniones tan serias de los políticos…

Ninos-berlineses-esperando-la-llegada-de-los-aviones-que-lanzaban-caramelos-y-chocolate-Wikimedia-commons

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Y luego soñé que esa tienda estaría al alcance de todos y que sería como un gran supermercado donde todos encontraríamos remedio a nuestros males, como cuando, después de la II Guerra Mundial, los aliados lanzaron caramelos sobre la Alemania derrotada.

¿Bonita idea, no? Aunque en Salamanca eso ya existe y se llama como yo, «Caramelo Loco». Si es que me gusta tanto esa tienda…